Es un compromiso sencillo que puede dar grandes resultados. Esa es una de las razones por las que Frank Ramírez pasa parte de su semana como voluntario en el Club de Niños y Niñas del condado de Elkhart, en Nappanee.
Lleva viniendo cada semana desde la primavera de 2021 para trabajar con los niños en el Centro de Aprendizaje y en las salas de juego.
“Era mentor en la escuela primaria Woodview y lo había hecho durante unos cuatro o cinco años. Tuve que parar en 2020 porque la escuela cerró totalmente (por la pandemia). Cuando se reabrió, no dejaron entrar a gente de fuera. Lo echaba de menos, así que pensé en venir al Boys & Girls Club”, dijo Ramírez.
Ramírez no era un desconocido, ya que formaba parte de la junta directiva del Club Nappanee. Dijo que el voluntariado le da una perspectiva diferente del Club, y que realmente disfruta pasando el tiempo con los socios.
“Puedo estar ayudando con los deberes. Puede que esté jugando a un juego o simplemente escuchando, pero no es sólo lo que haces. Es que estás… que estás presente. Ese es el regalo”, dijo.
Es un don que se alegró de tener cuando era más joven.
“Tuve la suerte de que tanto en el entorno familiar como en el escolar hubo adultos que se interesaron por mí y estuvieron presentes. Influyeron en mi vida. Me he dado cuenta de que no todo el mundo ha tenido esa bendición”, dijo Ramírez.
Quiere asegurarse de que el mayor número posible de niños tengan adultos a los que puedan admirar.
“No tengo una varita mágica. Realmente no tengo ninguna habilidad especial. Todo lo que puedo ofrecer es mi presencia y esperar que esa presencia valide a un joven que se da cuenta de que es especial, de que es importante y de que es digno de alabanza”, dijo.
Ramírez considera que el tiempo que pasa en el Club es una inversión, no sólo en el futuro, sino en el presente.
“A menudo se habla de que los niños son la esperanza del futuro, pero no lo son. Son la esperanza del presente. Esto es lo que tenemos que ser ahora mismo. Esto no es algo que estemos reservando para dentro de 20 o 30 años. Estamos cambiando el mundo ahora mismo”, dijo.
Y ese cambio no sólo se produce en los niños, sino también en los adultos que se ofrecen como voluntarios.
“La mayoría de las veces, una vez que llegamos, nos damos cuenta: ‘¿Por qué estaba esperando? ¿Por qué nadie me dijo que esto es divertido? Y es importante'”. dijo Ramírez. “Estos preciosos minutos… esta hora que paso aquí es la mejor hora de mi semana. Siempre recibimos más de lo que damos. Cuenta con ello”.
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