Hay algo inspirador en lo fácil que Dom Mitchell hace que parezca trabajar con niños.
El supervisor de KidsCare para las escuelas primarias de Pinewood, Riverview y Eastwood ha pasado sus días de verano en el Campamento Koda, ayudando a dirigir programas para mantener ocupados a los niños.
Mitchell empezó a trabajar con jóvenes hace un año y medio. Dice que no se propuso trabajar con niños, pero descubrió que es donde está su corazón.
“Yo era ingeniero de sonido y viajaba mucho. Si he de ser sincero, me cambió un versículo de la Biblia. Santiago 1:27 dice ‘cuidar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse de contaminarse con el mundo’. Cada niño es huérfano a su manera. Eso despertó en mí el deseo de trabajar con niños”, afirma.
Mitchell dice que cuando invierte en los niños, le recuerda que no debe tomarse la vida tan en serio.
“Al hacerlo, aporta más alegría a las cosas que podrían no ser tan alegres. Sólo hace falta una persona para influir positivamente en la vida de un niño, para cambiar toda su trayectoria vital”, afirmó.
Mitchell dijo que los mentores adultos de su vida le abrieron muchas puertas cuando era más joven.
“Yo no sería yo si no fuera por una figura paterna, entrenadores, gente que invierte en mí. Me ayudaron a encontrar cosas que ni siquiera sabía que me gustarían hasta que me las enseñaron”, afirma.
Su padre era batería y él también tenía un entrenador que tocaba la batería. Gracias a su influencia, se aficionó a ello, y sigue utilizándolo a diario.
“Esto es lo bueno del asunto. No sólo se convirtió en un amor por la única cosa que me enseñaron, sino que se expandió a otras áreas como la poesía y otras cosas que se encendieron por esa chispa”, dijo Mitchell.
Los niños con los que trabaja le enseñan tanto como él influye en ellos. Mitchell dijo que los adultos pueden aprender mucho de cómo manejan las situaciones difíciles.
“Los niños tienen la capacidad de sentirse frustrados con alguien y, unos minutos más tarde, invitar a esa persona a unirse a ellos en lo que sea que estén haciendo. Como adultos, no hablaríamos con esa persona en 20 años”, bromeó.
Mitchell dijo que está orgulloso de la contribución que el personal de KidsCare hace a la comunidad y afirmó que es una organización única por la constante implicación que tienen con los niños.
“No sólo atendemos a los niños somnolientos por la mañana temprano, sino también por la tarde, cuando están agotados tras un largo día de colegio. Somos personas constantes en sus vidas durante todo el día”, afirma.
Dice que, para conectar con los niños, recurre a su niño interior.
“Hay estudios que demuestran que los niños aprenden mejor jugando. Aprenden más jugando. Si nosotros, como adultos, siempre estamos serios, sólo les estamos dando una fracción de lo que podemos darles”, afirma Mitchell.
Dijo que un niño no puede jugar y tener miedo al mismo tiempo. Por lo tanto, ser alegre con los niños establece un nivel de confianza.
“Si siempre estás gritando, no quieren acercarse a ti. Si juegas con ellos y quieren volver en sí, entienden esos momentos en los que hay que disciplinarse”.