Cuando te gusta trabajar con jóvenes, se nota. Y cuando tu impulso es ayudar a los adolescentes, el impacto puede ser enorme.
Rosa Medina lo está comprobando mientras trabaja con adolescentes en el Clubhouse de Goshen de los Boys & Girls Clubs del condado de Elkhart. Empezó en agosto como parte de unas prácticas universitarias para su licenciatura en trabajo social.
Medina dice que quiere dedicarse profesionalmente a trabajar con adolescentes. En la actualidad trabaja con niños autistas para otra organización, además del trabajo que realiza para Goshen Club. Recientemente cambió su enfoque y empezó a trabajar con adolescentes del Club junto a la Directora de Servicios de Salud Mental, Natasha Lantz.
“Seguiré trabajando con los adolescentes, pero podré ver un lado diferente de lo que el Boys & Girls Club les ofrece”, dijo Medina.
Dice que su deseo de ayudar a los adolescentes le viene de su propia experiencia.
“Cuando era adolescente, sentía que no tenía ningún adulto con el que pudiera conectar. Quiero intentar ser esa persona para ellos. Boys & Girls Club me está dando las herramientas que necesitaré para desarrollar habilidades que me permitan conectar con los adolescentes. Cuando obtenga mi título, podré utilizar todo lo que estoy aprendiendo en el Club”, dijo.
Incluso ahora, Medina dice que ha sido recompensada a través de sus interacciones con los miembros.
“Estoy estudiando para trabajar con adolescentes con problemas, pero he podido conectar con muchos otros adolescentes a través del Club. Me encanta crear lazos con los niños que tienen problemas, pero aquí conecto con una gran variedad de adolescentes, especialmente con los que solo hablan español”, dice.
Contó la historia de un socio del Club que no sentía que tuviera conexiones profundas debido a la barrera del idioma, pero al trabajar con él individualmente y ayudarle con la traducción, Medina pudo empezar a salvar esa distancia.
“Ahora se le ve brillar de verdad. Verle salir de su caparazón ha sido lo más gratificante para mí”, afirmó.
Quiere que la gente entienda cómo añadir valor a las emociones que sienten los adolescentes.
“Tendemos a decirles que están bien y que lo entenderán cuando sean adultos, pero no les damos estrategias que les ayuden a afrontar esas emociones. Aunque para nosotros sea algo superpequeño, para ellos es grande, porque su mundo es mucho más pequeño que el nuestro”, afirma.
Medina dice que le encanta ver todo lo que el Club ofrece a los adolescentes, y que desearía haber formado parte de él cuando era pequeña.
“Personalmente, soy un chico que no fue al club. No sabía lo que era el Boys & Girls Club. Ver todo lo que está a disposición de los niños es increíble. Estamos teniendo un gran impacto en la vida de estos niños. Creo que si hubiera ido al club de niño, habría ampliado mi abanico en general. Hay tantas oportunidades para los niños que quizá no las tendrían fuera del Club”.
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