Trabaja para el Goshen Club desde hace un año, pero su relación se remonta a hace más de 14 años. Tyler Hager pasa las tardes en el gimnasio de los Boys & Girls Clubs del condado de Elkhart como ayudante de atletismo.
Empezó a acudir al Goshen Club en 2009 como socio. Antes de incorporarse al equipo, trabajó como voluntario. Hager atribuye al Club el cambio de su vida.
“No sé qué habría hecho sin este Club. Creo que habría tomado un mal camino si no hubiera tenido las influencias que ayudaron a moldear mi vida. Fue mi punto de inflexión. Si no cambiaba, iba a seguir un camino que no quería seguir”, afirma.
Hager dijo que, como miembro, el personal le reconoció con el “Premio 180” por dar un giro a su actitud. Ello le impulsó a participar en otras actividades. También ganó el premio “Joven del Año”, pero recuerda el Club como un lugar divertido con mentores que le ayudaron a orientarse. Es algo que trabaja para recrear para los miembros de hoy.
“Ellos fueron los que me involucraron en el Club. Soy muy afortunado por tener a esas buenas personas en mi vida”, afirma. “Intento recrear algunas de las experiencias que viví como miembro. Hay muchas cosas que recuerdo y que quiero ayudar a recuperar para que los socios de hoy también puedan experimentarlas.”
Hager afirmó que su filosofía de relación con los afiliados es sencilla.
“Intento ser un modelo para ellos. Quiero ser un buen miembro del personal, relajado, pero firme, para que me recuerden dentro de unos años. Quiero que digan: ‘Me acuerdo de Tyler. Nos dejó hacer esto y esto…'”, dijo Hager.
El club se ha convertido en un legado para su familia. Cuando empezó a asistir al Club, algunos de los niños de acogida de su familia también lo hicieron. Ahora asisten sus dos hermanos menores.
“Quiero contarles a los niños mi historia. Cómo crecí a través del Club y cómo llegué a donde estoy ahora. Cuando amas el trabajo que haces, tienes que hacer que las cosas sucedan. Es muy divertido”, afirma.