Serenity G. tenía cinco años cuando vio que la gente de su comunidad vivía sin techo y decidió actuar. Lo que empezó repartiendo sopa y chocolate caliente con su abuela se convirtió en la fundación de su propia organización benéfica a los siete años, Serenity’s Grace. Ahora que está en el instituto, Serenity y sus compañeros de los Boys & Girls Clubs de Florida Central trabajan juntos para distribuir alimentos, artículos de aseo, ropa e incluso muebles a más de 1.000 personas cada semana que se han quedado sin hogar.
Serenity no es la única joven que quiere ayudar a los que la rodean. El 82% de los jóvenes cree que puede marcar la diferencia en su comunidad, según informa Boys & Girls Clubs of America.
Sin embargo, los jóvenes a veces pierden de vista lo que significa ser agradecido y generoso, especialmente en las fiestas, lo que hace que muchos padres se pregunten: ¿Cómo enseño a mi hijo la importancia de dar? ¿Se puede enseñar la generosidad? ¡Claro que sí! Vaya más allá de los constantes recordatorios para “dar las gracias” con actividades flexibles que permitan a los jóvenes ser testigos y sentirse orgullosos de los efectos de su retribución.
Cinco actividades que enseñan a los niños a ser generosos
Comparte historias sobre personas que devuelven a la sociedad
Las historias son una mina de oro para encontrar modelos que puedan enseñar a los niños sobre la generosidad. La lectura de libros infantiles sobre personajes que realizan actos desinteresados inspirará a los pequeños a hacer lo mismo. Los jóvenes de más edad pueden encontrar un significado en los canales de YouTube, programas o podcasts que comparten historias sobre diferentes personas que hacen el bien en todo el mundo. Los adolescentes en las redes sociales pueden incluso seguir cuentas que conciencien sobre temas que les preocupan, como la salud mental o el cambio climático, y sentirse motivados para participar en movimientos u organizaciones que los aborden.
Hacer y entregar tarjetas y paquetes de ayuda hechos en casa
Mostrar a los jóvenes que incluso el gesto más pequeño puede significar el mundo para otra persona puede ayudar a inspirar la generosidad rutinaria en sus vidas. Hacer tarjetas caseras para los demás es un punto de partida poco exigente, como escribir notas de agradecimiento para los trabajadores del servicio o tarjetas de “mejórate pronto” para los pacientes del hospital. Aproveche este impulso preparando paquetes de atención para los refugios de personas sin hogar o las residencias de ancianos. Al hacer llegar a la gente mensajes sinceros, dibujos, artículos de primera necesidad y otras muestras de agradecimiento, los jóvenes están fomentando su empatía y su capacidad de respuesta cuando ven a alguien necesitado.
Apoyar a los animales y a las organizaciones locales que los cuidan
Para los jóvenes más introvertidos o aquellos que simplemente aman a los animales, donar tiempo o artículos a organizaciones que cuidan de los animales puede ser una gran manera de despertar la alegría de dar. Visita tu refugio local y ofrécete a llevar a los perros de paseo. Los jóvenes también pueden comprar (o hacer) juguetes para gatos o hacer galletas para perros para donar. Sea creativo y construya comederos para pájaros en el patio trasero y regale uno a todos los vecinos para ayudar a preservar la fauna local. Estas actividades no sólo son divertidas, sino que inspirarán a los jóvenes a ser solidarios y generosos con todos los seres vivos.
Ayude a alguien de su barrio
Su hijo no necesita ir muy lejos para aprender la importancia de devolver algo. Haga que sus acciones sean más personales animándoles a conocer y ayudar a sus vecinos. Esto puede implicar la realización de tareas físicas, como trabajos de jardinería o llevar la compra, o una amabilidad emocional, como invitar a una persona a cenar con su familia. Establecer relaciones es una parte esencial de la enseñanza de la generosidad y puede abrir la puerta a que los jóvenes evalúen necesidades más amplias en su comunidad.
Únete a un proyectode grupo comunitario
Una de las formas más efectivas para que los jóvenes comprendan la importancia de retribuir a la comunidad es sencilla: ¡participar en un proyecto de grupo de voluntariado! Ayúdales a organizar una colecta de artículos de primera necesidad: alimentos, libros, ropa, productos de higiene, material deportivo, etc. – para reunir y donar a una organización benéfica local. Ensúciate las manos trabajando con ellos en un proyecto de restauración o embellecimiento, como por ejemplo: construir una pequeña biblioteca gratuita, abastecer una nevera comunitaria, pintar un mural en el pueblo, limpiar un parque o colocar contenedores de reciclaje en la escuela. Sea cual sea el proyecto, los niños y adolescentes no olvidarán pronto la sensación de haber conseguido hacer de su comunidad un lugar mejor.
Una persona sabia dijo una vez: “La forma en que das afecta a la forma en que vives”. En los Boys & Girls Clubs, no sólo se anima a los jóvenes de todas las edades a retribuir, sino a tomar la iniciativa en los proyectos de servicio que más les interesan a través de programas como el Torch Club (de 11 a 13 años), el Keystone Club (de 14 a 18 años) y el Joven del Año.
Todos los jóvenes tienen el potencial de ser líderes compasivos y de resolver problemas. Al criar niños generosos, estamos un paso más cerca de crear una generación más amable capaz de cambiar nuestras comunidades, nuestro país y el mundo.